El rol de la taxonomía

La primera forma de organizar y almacenar las informaciones básicas sobre los animales y las plantas consiste en asociarlas a los taxa (típicamente las especies) [ordenarlas por temas como la visión o la alimentación constituye otra manera]. Es importante comprender bien (1) por qué buenas bases de datos taxonómicas son esenciales para estudiar la biodiversidad, (2) lo que la taxonomía implica, (3) por qué una clasificación jerárquica es útil, y (4) por qué las clasificaciones y los nombres cambian, lo cual hace más difícil acumular y actualizar las informaciones con fines de inventario, de explotación, de comercio, de conservación, etc.

Los taxónomos tienen dos tareas importantes...

Los taxónomos tienen dos tareas importantes : nombrar a los organismos y producir clasificaciones. El sistema de clasificación jerárquico y de nombre de especie binomial (de dos palabras) fue establecido por Linnaeus en 1758. Este sistema fue codificado en 1842 (Strickland et al. 1843), y ha llegado a ser el sistema usado por todos los zoólogos del mundo después de 1843, con los cambios y las mejoras sucesivas. (El ‹ Código › actual seguido por todos los zoólogos se discute en el Apendice A del Catalog). El binomio de una especie consiste en un nombre genérico y un nombre específico . Un género puede contener más de una especie, y las especies son clasificadas en un género según la afinidad genética percibida (principalmente a partir de las diferencias y similitudes morfológicas, aunque las técnicas bioquímicas proporcionan hoy en día nuevas informaciones adicionales). Las sub-especies son a veces usadas para definir los taxa de categoría inferior a la especie. En una primera etapa, los taxónomos descubren o describen la especie (1) reuniendo especímenes recolectados sobre el terreno y/o prestados por las colecciones de los museos, (2) estudiando la variabilidad de los caracteres, (3) agrupando los especímenes en taxa de categoría especial, (4) comparando estas especies con las ya descritas, (5) nombrando las nuevas especies según las reglas específicas (Código Internacional de Nomenclatura Zoológica ; ITZN 1985), y (6) publicando esta descripción asociada a este nombre en las revistas científicas y en los libros. Las monografías contienen tratamientos profundos de todas las especies en un grupo más amplio, como un género o una familia. Representan el resumen más reciente de las informaciones para este grupo.

Las clasificaciones contienen las informaciones sobre las relaciones entre taxa

En una segunda etapa, los taxónomos producen las clasificaciones. Son útiles pues contienen las informaciones sobre las relaciones entre taxa. Por ejemplo, cuando se descubre en una especie una substancia química interesante desde un punto de vista farmacéutico, los bioquímicos pueden rápidamente determinar, a partir de las clasificaciones, las especies genéticamente próximas (por ejemplo ‹ la especie-hermana › u otra especie del mismo género) que podrían contener substancias químicas parecidas o incluso mejores. Todas las especies del mismo género deberían compartir numerosas propiedades comportamentales, bioquímicas, ecológicas, y biológicas pues están estrechamente emparentadas desde un punto de vista evolutivo. El efecto de la polución sobre una especie en una región debería ser parecido sobre una especie cercana en otra región. Las especies de una misma familia (categoría fundamental inmediatamente superior) comparten de la misma manera numerosas características, pero menos. Las clasificaciones tienen pues un valor predictivo. Después de los años 1960, la mayoría de los taxónomos han usado el método cladístico para establecer las clasificaciones fundadas sobre la noción de caracteres derivados compartidos (o sinapomorfías). Este enfoque produce cladogramas que reflejan las relaciones de parentesco entre los taxa predefinidos, objetos del estudio.

Los nombres cambian

La naturaleza cambiante de estas clasificaciones y de estos nombres científicos (debido a la evolución de las ideas sobre las relaciones entre taxa y a los cambios de nomenclatura resultantes de la aplicación de las reglas del código), hace que sea casi imposible saber bajo qué nombre de especie, género, o familia se encuentran las informaciones pertinentes en la literatura o en las colecciones. Por ejemplo, el nombre de género y el nombre específico de la trucha arcoiris, género y especie, fueron cambiados en 1989 (véase Smith y Stearley 1989). Miles de publicaciones citan Salmo gairdneri, mientras que su nombre es actualmente Oncorhynchus mykiss. Oncorhynchus reemplazó el nombre de género Salmo en base a pruebas fósiles que mostraban que las truchas del Pacífico estaban más emparentadas con el salmón del Pacífico que con el salmón del Atlántico (el que contiene el nombre o tipo de Salmo). Las truchas y salmones del Pacífico están actualmente clasificadas en el género Oncorhynchus. El nombre específico gairdneri fue reemplazado por mykiss cuando se demostró que la especie mykiss del Kamchatka, Rusia, era la misma que gairdneri ; como mykiss fue descrita en primer lugar, este nombre tenía prioridad de uso sobre gairdneri.

Otra actividad mayor de los taxónomos es la de establecer los ‹ sinónimos › para resumir el conocimiento acumulado anteriormente sobre una especie bajo nombres científicos diferentes. Desgraciadamente, estos últimos cambian por razones diversas, lo que hace esta tarea de inventariado muy difícil pues una especie puede encontrarse bajo diversos nombres. Los nombres cambian porque:

    1. Una especie ha podido ser descrita más de una vez (a causa de orígenes geográficamente alejados, de diferencias sexuales, de especímenes atípicos, o de la ignorancia de la existencia de una descripción anterior). A medida que estos ‹ duplicados › son descubiertos, el primer nombre asociado a una descripción se elige como el nombre válido, resultando a menudo en un cambio de nombre, como en la trucha arcoiris.

    2. En función de su percepción de las relaciones de parentesco, los científicos pueden tener visiones diferentes sobre las especies a incluir en un mismo género o a descartar. Si una especie está clasificada en otro género que el de su descripción original, solo cambia la primera mitad del binomio (genérica); la terminación del epíteto específico puede también cambiar si es un adjetivo que, según las reglas del código de nomenclatura, debe concordar con el género gramatical del nombre genérico.

    3. Algunas veces los nombres cambian por razones técnicas.

Los nombres científicos están a menudo mal escritos
 
 
 
 
 
No ha funcionado la numeración de los taxa

Otro problema es que estos nombres científicos están frecuentemente mal escritos en las publicaciones científicas, en los registros de colección de los museos, o por los servicios de documentación. A menudo un nombre está mal escrito porque la ortografía original no se ha verificado por los autores posteriores. Aunque haya discusiones actuales sobre la manera de integrar los fósiles en las clasificaciones, y sobretodo la manera de tratarlos a nivel de las categorías superiores, el sistema actual probablemente sea usado todavía durante muchos años. Tampoco ha funcionado la numeración de los taxa. A menudo, los nombres comunes son más estables que los nombres científicos, y pueden ser útiles en algunos grupos.

Bibliografía

ITZN. 1985. International Code of Zoological Nomenclature. The International Trust for Zoological Nomenclature, London.

ITZN. 1999. International Code of Zoological Nomenclature. The International Trust for Zoological Nomenclature, London, UK. 306 p.

Smith, G.R. and R.F. Stearley. 1989. The classification and scientific names of rainbow trout and cutthroat trouts. Fisheries 14(1):4-10.

Strickland, H.E., J. Philipps, J. Richardson, R. Owen, L. Jenyns, W.J. Broderip, J.S. Henslow, W.E. Shuckard, G.R. Waterhouse, W. Yarrell, C. Darwin and J.O. Westwood. 1843. Report of a committee appointed "to consider the rules by which the Nomenclature of Zoology may be established on a uniform and permanent basis". Brit. Assoc. Adv. Sci. Rept. 12th Meeting, 1842:105-121.

William N. Eschmeyer